La pasada primavera visitamos la villa romana de la Dehesa en el municipio de Cuevas de Soria. Tuvimos conocimiento del conjunto arqueológico por un tríptico en la oficina de turismo de Burgo de Osma, tríptico, por cierto, sin un mapa de situación y como luego nos comentaron en la propia villa, eran de un modelo que ya habían renovado incluyendo un mapa esquemático del emplazamiento del conjunto, a escasos 20 km. de la capital soriana. Accedimos desde el núcleo de Quintana Redonda donde un escueto indicador “Villa Tardorromana” nos encamina por un carril de unos 4 km. hasta la entrada del núcleo de Cuevas de Soria donde un nuevo indicador nos remite a 1 km. hacia la vega, donde se halla el conjunto arqueológico. Buen acceso y buen aparcamiento – detalle nada banal – puesto, como hemos repetido más de una vez, no solemos ir andando a los sitios que visitamos y en muchas ocasiones no se preveen los lugares o simplemente las indicaciones para un correcto estacionamiento.
Llegamos
el día que se abría la temporada de la villa, de propiedad de la
Excma. Diputación de Soria y gestionada por la empresa Soria Museum.
El lugar se articula en una gran estructura envolvente que deja a
cielo abierto el peristilo y cubre los restos de las estancias y
áreas de circulación de la villa, describiendo un recorrido sobre
pasarela en forma de U, desde su extremo este, pasando por las
estancias absidadas de la cabecera de la pars urbana, para concluir
en el extremo oeste, donde la pasarela desciende a la cota de los
pavimentos de la villa. No obstante, la visita se inicia desde el
sector sur de la villa donde se halla la sala de audiovisuales y el
espacio museístico dedicado a la explicación del concepto de Magna
Mater, que sirve de nombre e hilo conductor a las villas
hispanorromanas de la actual provincia de Soria. Además de esta, se
citan las pendientes de musealización de “Los Quintanares” de
Riosaeco de Soria y “Los Villares” de Santervás del Burgo. En
este espacio de museo, donde los paneles son protagonistas, se echa
de menos alguna vitrina más de las dedicadas a los materiales
arqueológicos recuperados, quedando el discurso ayuno de la cultura
material que quedó depositada en las estancias que visitamos a
continuación. Por cierto, la visita se inicia con la proyección de
un video bien realizado y en el que intervienen especialistas sobre
el tema, completado con una muy interesante infografía.
Sorprende
la iniciativa de la Diputación de Soria de proteger un yacimiento
que realmente no está terminado de excavar, por lo que podemos
admirar parte de las estancias con los suelos de mosaico, mientras
que otras, como el ala oeste y parte del sur permanecen cubiertas,
quedando indicados el trazado de los muros mediante lineas de arena
de color más claro. También es agradable (por lo inusual) la
inmediatez de los “tajos a medias” o las zonas donde acaba cada
una de las campañas de excavación y/o restauración y que quedan
con los mosaicos antes y después de su limpieza. Creemos que estas
áreas podrían ser señalizadas y ello contribuiría a relajar el
tono de “aridez” que desprende el conjunto – ya que si bien los
mosaicos son geométricos aunque muy variados y la amplitud de los
muros queda bien marcada – tanto el peristilo, como las áreas sin
excavar dotan al conjunto de un tono grisáceo que deberia ser
atenuado con algo más de luz o apertura de claraboyas.
El
conjunto visitable y más en una mañana luminosa, constituye un
desplazamiento más que justificado. Hay que tener en cuenta que no
todo el año permanece abierto y es aconsenjable consultar el espacio
web http://www.villaromanaladehesa.es/.
También es de reseñar las distintas actividades muy variadas que se
desarrollan durante toda la temporada visitable. Y como ocurre en
otros lugares, es imprescidible redactar y poner a la venta, una
buena guía del conjunto de la villa. En suma una muy buena opción
para conocer el poblamiento tardorromano del oriente de la Meseta
Norte.