Tres décadas hace que prendió primero la Historia y luego una de sus técnicas "colaterales" la Arqueología. Desde entonces tantos paisajes, tantos lugares y en todos siempre un detalle, que nos deja un jirón de recuerdo. Por ello esta "arqueología colateral" aspira a recuperar retazos de aquellos viajes, estancias, personas, lugares que hemos surcado en pos de la labor cotidiana de la arena entre los dedos, la criba del hueso, de la astilla oxidada que un día clavo fue...

viernes, 1 de junio de 2012

Carta a Jorge Bustos


He rescatado de una de las entradas de http://www.intereconomia.com/blog/los-molinos/pa-que-sea-20120418#comments un comentario que realicé algún tiempo. El tono del resto de comentaristas no era el más apropiado para mi intención y prefiero hoy ampliar lo que escribíamos aquel día, citándome a mi mismo: 
“Una de las primeras responsabilidades que tuve en esta vida fue encargarme de recortar el artículo que Francisco Umbral escribía en la contraportada del diario El País y clavarlo en el corcho que cubría la pared del aula de 3º de BUP del Colegio de Santa María del Pilar de Madrid. Afortunadamente pronto dejé de leer ese periódico, aunque no al Umbral narrador. Con el articulista me reencontré años después cuando ocupó las página de El Mundo. Todo esto ocurría antes que Jorge Bustos naciera y he tenido que esperar más de treinta años para que aquel niño de letras se reconcilie con el papel impreso por la sutileza y el buen escribir de la primera pluma (hoy tecla) del articulismo español.
Sinceramente uno de los mejores momentos del día es cuando abro la Gaceta al revés (haberme criado entre marroquíes algo me ha influido...) y leo el texto de Jorge Bustos al que admiro en el otro yo que nunca fui, trasmutado en esta suerte de recomponer retazos de Prehistoria a base de fragmentos de barro cocido y si hay algo de suerte, alguna punta de flecha, un punzón, dos pesas de telar... Un niño de letras del que solo queda un puñado de folios en un cajón, fechados los últimos hacia 1982. Por eso todos los días vibro con la letra de Bustos y reconozco, con el olfato que da el medio siglo, donde hay madera para muchos años.
Un afectuoso saludo de José Martínez Peñarroya”.
Hoy día un título como el que encabeza esta líneas no augura nada bueno. Quizás nos han acostumbrado a que “Carta a...” signifique “poner a parir a...” cualquiera escudándonos en la ciudadanía, en la democracia, en los derechos humanos.... pero para mi carta a... significa aún contarle a alguien que le aprecio y que le escribo porque significa algo en el reducido espectro de afectos que este mundo contemporáneo nos depara cada día. 
Jorge Bustos sabe que hubo alguien antes de él. Parece una obviedad pero hoy día encontramos muchas personas que parecen originadas en el magma primigenio, en la sopa de proteínas que arroja el mar a la incipiente orilla una mañana de hace cinco mil millones de años, todos como Venus nacida de las aguas, pero con ropa de Zara. Todas estas personas afrentan a la Historia como si antes de ellos no hubiera habido nada. Pero Jorge Bustos conoce a los que fueron, también a Borges, al que le hice una vez una pregunta a inicios de los ochenta en el Paraninfo de la Universidad Central de la calle de San Bernardo, al final de su conferencia sobre la Metáfora.. ¿Que le sugiere Teseo y el Minotauro”. Recuerdo su gesto perdido y también su respuesta ¡Ah si...es interesante el tema...el laberinto... quizás sin darle más importancia. Creo que a partir de ese momento dejé de indagar sobre la epopeya de Creta. El tema estaba ya agotado por Borges y solamente me limité a rematar unas páginas con la metáfora del laberinto y una chica, de las que no quiso besarnos y cuajó en una buen amistad...parafraseando al mismo Bustos hace unos artículos.
Y Bustos también es actividad día a día en su labor de ir al encuentro de la noticia contárnosla con un poco de humor y un poco de “despego”, pero eso si, aferrado a sus valores y sus ideas que lo alejan del “todo vale” imperante. Por eso también apreciamos a Bustos porque no es usual que personas “con criterio” lo expresen abiertamente y lo apliquen al día a día. Aquí somos personas hasta en traje de baño, como decía la teniente Torres en televisión, piloto de combate, citando a su instructor...”Torres hay que ser militar hasta en traje de baño”. Pues bien Bustos y modestamente el que ahora teclea queremos ser personas y aplicar nuestro criterio, ideas y valores hasta sin el traje de baño. De Bustos lo compruebo todos los días al abrir la página del diario en el que escribe. Al que suscribe le cuesta Dios y ayuda muchas veces hasta levantarse. Pero comprobar que personas con veinte años menos son como éramos y nos gustaría que se siga siendo, nos da quizás ese pequeño impulso para poner el pie en el suelo cada mañana. 
Gracias Sr. Bustos.

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