Tres décadas hace que prendió primero la Historia y luego una de sus técnicas "colaterales" la Arqueología. Desde entonces tantos paisajes, tantos lugares y en todos siempre un detalle, que nos deja un jirón de recuerdo. Por ello esta "arqueología colateral" aspira a recuperar retazos de aquellos viajes, estancias, personas, lugares que hemos surcado en pos de la labor cotidiana de la arena entre los dedos, la criba del hueso, de la astilla oxidada que un día clavo fue...

martes, 28 de agosto de 2012

La catedral de Burgo de Osma




Hemos vuelto a Burgo de Osma. Ahora el nombre oficial es mucho mas largo e incluye el artículo que le confiere un cierto toque de localismo, que no siempre es bien apreciado fuera de las estepas castellanas. Hace décadas, cuando residían aquí parte de la familia de uno de nosotros, las fotografías de la calle Mayor parecían tomadas hace siglos. Hoy día tampoco ha cambiado tanto, prácticamente el pavimento y la cartelería hostelera que se ha prodigado en los últimos tiempos. Pero hoy no vamos a extendernos sobre la villa, que por cierto ha sabido conjugar a la perfección desarrollo y conservación/promoción de su patrimonio arquitectónico y monumental, sino de uno de sus lugares más emblemáticos, cual el la Santa Iglesia Concatedral. Y el núcleo central de este texto es un prodigioso libro que hemos tenido ocasión de leer recientemente. 

Este libro no nos dejó indiferentes, como los escritos con anterioridad sobre la catedral, que aunque encomiables como guías de visita en formatos apropiados hace unas décadas y que aún pueden acompañarnos un distraído paseo entre naves, crucero, girola y claustro. Pero “La catedral Medieval de El Burgo de Osma, construcción, estilo e influencias” agrada en primer lugar por estar prologado por el hijo del autor, catedrático de Historia y por la profesión de D. Pedro de Pablo Aparicio, médico forense natural de la villa y que dedicó parte de su vida a diseccionar la catedral con el bisturí de la cinta métrica y el bloc de notas. Construye así uno de los primeros textos redactados, que no publicado en su momento, sobre Arqueología de la Arquitectura, aunque sin referencias explícitas a la esta disciplina, sino partiendo de la limpia mesa de disección que es la fría piedra del monumento y realizando una minuciosa inspección que se alargó durante años. Así nos describe el ritmo de construcción de la catedral, desde las medidas de sillares, columnas y demás elementos que conforman el esqueleto y los mimbres del edifico que se trenzan en varias épocas, hasta los restos de arquerias y de la sala capitular, posiblemente de un edificio anterior no catedralicio, a las naves, cruceros y capillas construidas según fecha del autor entre el último tercio del siglo XIIe inicios del XIII, rebajando la data del monumento unas tres décadas.

El autor nos describe la pérdida de la torre medieval durante el siglo XVIII cuando se aborda la construcción de la magnífica girola, sacristía, capilla del Venerable y la rotunda torre, quizás la más bella de fábrica española, si no mencionamos los alminares adaptados a nuevos templos. D. Pedro no llegó a terminar sus textos y por ello se echa de menos planimetrías más precisas y quizás ahondar en algunos aspectos cuales son las transformaciones en capillas o descripción de algunos elementos. La verdad es que el libro es de lectura amena y ahonda en apartados muy interesantes. cual es el establecer una lista de los obispos de Osma, además de intentar entroncar el obispado medieval, con el que seguramente se fundó en la Uxama altomedieval y visigoda. Además no tiene mejor final que el acerado análisis de las similitudes y analogías entre los estilos de Silos y la sala capitular de Osma concluyendo posiblemente en la primacía en el tiempo de nuestra catedral y digo nuestra porque tras varios viajes a Burgo de Osma la catedral ya que es un poco nuestra, en especial por su soberbia fábrica dieciochesca a partir de las trazas de nuestros queridos Villanueva y Sabatini, de los que tuvimos ocasión de excavar las extintas estructuras en el entorno de la Plaza de Oriente de Madrid. 

Burgo de Osma es la tercera catedral que sometemos al “ojo del viajero” y que hemos visitado con especial atención a su división entre áreas dedicadas al culto y a la visita turística. Aunque esta división no es nueva pues hace cerca de cuarenta años Sevilla ya presentaba una valla nada más entrar por la puerta que se halla junto a la Giralda. Y como dice la canción, “Sevilla tuvo que ser..”. Pero Burgo de Osma por el momento es una de las mejor adecuadas a esta separación. El tercio de las naves laterales, desde la mitad del coro hacia los pies también tienen su valla, que se abre cuando se inicia la visita del claustro, siendo el tránsito de acceso libre pudiendo completar el recorrido completo de la catedral sin abonar entrada alguna. No deben olvidar las autoridades eclesiásticas que muchos de los turistas también somos católicos y que por el momento rezar es gratis, ya que da la impresión que se intenta aislar a los fieles en un reducido espacio, consagrando el resto al otro dios de nuestro tiempo, el dinero. En ello nos remitimos a otro de las entradas de este mismo blog dedicada al mal efecto que nos causó la catedral de Toledo. Pero esto aún no pasa en esta catedral, donde quizás si se eche en falta una tienda mejor organizada y con una mayor abundancia de textos. En esto la tienda de Burgos es paradigmática, completa y muy actualizada.

El Museo Catedralicio es muy correcto y con algunas piezas notables y procede de la exposición de Las Edades del Hombre, que tuvimos ocasión de visitar en su momento, junto a la concatedral de Soria y a las ermitas recién restauradas de San Esteban de Gormaz y San Baudelio de Berlanga, conjunto indispensable para quien quiera conocer de primera mano la pintura religiosa medieval en estas latitudes. Por otra parte concluimos con algún comentario sobre el interior del templo, limpio y espléndido con los contrastes y las notas de “color” del sepulcro de San Pedro de Osma en la inusual situación a mediana altura en el extremo de uno de los brazos del crucero o la reformada cúpula de la capilla de Santiago tras los desastres del derrumbe de la torre medieval. También es notable el retablo del altar mayor.

En definitiva una de las catedrales más atrayentes de la Meseta Norte, tanto por sus restos románicos, por su magnífica fábrica gótica y por su soberbia coda en forma de torre, girola, capilla y sacristía barrocas.

5 comentarios:

  1. ¡Enhorabuena por vuestro blog! (Y no solo por esta entrada, que obviamente me ha interesado y gustado mucho)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por vuestro apoyo. En cuanto organicemos un poco nuestro tiempo, prometemos nuevas entradas. Un afectuoso saludo

      Eliminar
  2. Realmente es un libro excelente. Como aficionado al arte, había leído muchos libros de arte medieval, pero hasta que no leí este de la catedral de El Burgo de Osma, no comprendí realmente cómo eran capaces los maestros medievales de levantar esas magníficas catedrales sin los conocimientos científicos de ahora. Un libro muy recomendable, lo difruté mucho.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Efectivamente es un libro muy interesante. Acabamos de localizar otro sobre la catedral de Cuenca, que debe ser también interesante. Esperamos pronto escribir sobre el mismo. Un afectuoso saludo

      Eliminar